La fotografía como afición y otras artes visuales

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Fotografía estenopeica - Cámara Ondu Pinhole 6x12 Multiformat

Durante estas vacaciones pasadas tenía intención de dedicar algún tiempo a la fotografía estenopeica. Voy muy mal en mi proyecto de construir una camara de este tipo de gran formato, en torno al tamaño de 20 x 25 cm. En mi cabeza se trata de un chisme que permita obtener el aspecto inequívoco de la fotografía estenopeica, pero con un razonable nivel de nitidez. Todo llegará.

Mientras tanto, se trataba de utilizar la Holga 120WPC de la que ya os hablé en su momento. De hecho, estuve tomando unas cuantas fotos en el entorno del camino de Miraflores de Zaragoza, zona suburbana, donde se confunden el paisaje urbano y rural de forma característica.

Esta cámara, como ya comenté, mediante un sistema de máscaras permite realizar fotogramas de aproximadamente 6 x 9 cm y 6 x 12 cm de tamaño. La suelo utilizar a 6 x 9 cm. Si no tienes cuidado, acabas haciendo alguna doble exposición,... que si hay suerte puede quedar curiosa.

El caso es que el día en que nos acercamos a Madrid para la exposición del Bosco y otras exposiciones de PHotoEspaña, me encontré en la tienda del Caixaforum madrileño una bonita cámara de madera, estenopeica, de acabado impecable, y con un sistema de imanes de neodimio para colocar en su sitio los distintos elementos de la cámara.

En la foto anterior vemos la palanca de madera que ejerce de obturador y que se mantienen en sus posiciones cerrada o abierta con los mencionados imanes de neodimio, resultando en un accionamiento muy suave. Sin problemas. Mediante un sistema de láminas separadoras, se pueden realizar fotogramas de distintos formato. Fundamentalmente, 6 x 6 cm, 6 x 9 cm y 6 x 12 cm. En el folleto incluido, habla también del 6 x 8 cm, aunque no sé muy bien como.

Como se puede suponer, la películas es de formato 120, de 6 cm de ancho. Los ejes de los carretes tambien se sujetan con un sistema de imanes, lo cual hace que haya poco riesgos de que se estropeen sistemas mecánicos, ni por mal uso ni por desgaste.

El estenopo, que se ve en el centro de la lámina dorada en el centro, tiene un diámetro de 0,3 mm que para la focal de 40 mm anunciada, da una apertura relativa de f/135. Yo preferiría un esfuerzo un poquito mayor en este capítulo, que intentarán bajar los diámetros de los estenopos a 0,15-0,20, para conseguir una apertura relativa de unos f/200 a f/265. No se pierde la estética de la estenopeica, no pasa nada por aumentar unos segundos la exposición, y aumenta la nitidez de la imagen.

La tapa posterior también se sujeta en su sitio mediante un sistema de imanes de neodimio, lo sufiecientemente firme como para que no hayas filtraciones de luz. Los círculo que en la imagen parecen negros correponden a las ventanas con filtro rojo para leer el número de exposiciones realizadas. Es difícil de usar sin una luz directa que los ilumine.

He probado la cámara usando los separadores para fotogramas de 6 x 6 cm, con un carrete de negativos en color que todavía no he revelado y un carrete de Fujifilm Neopan Acros 100. Esta última es muy adecuada, por su resistencia al fallo en la ley de reprocidad. Hay que llegar a exposiciones de casi minuto y medio antes de que esta falle, mientras que con otras películas, a partir de un segundo ya hay que compensar. En situaciones normales al aire libre, es fácil medir la luz y obtener buenas exposiciones. Si a pleno día aplicamos la regla "soleado f/16", una exposición equivalente a f/16 y 1/100 s sería equivalente a f/135 y 1 segundo aproximadamente. Si está nublado, pues 4 segundos. Y en la sombra no muy densa, 8 o 10 segundos. Sin muchos problemas.

Veamos algunos ejemplos tomados en el Parque Grande de Zaragoza.

En general, el resultado es razonablemente bueno. Pero sigo diciendo que para un ángulo de visión equivalente a unos 20 - 22 mm en formato 24 x 36 mm, un estenopo más fino, permtiría una nitidez en el centro de la imagen mejor. Desde luego, veremos como llega el escaneado profesional de Carmencita Film Lab con los negativos en color, pero el aspecto de las fotografías obtenidas no es equiparable a las de propaganda de la página web de Ondu, que se ven mucho más nítidas.

Por lo demás, es un aparato muy bonito, muy bien hecho de forma artesanal, y que puede ser muy divertido de usar. Muy probablemente en un futuro lo usaré con formatos de 6 x 9 o 6 x 12 cm... pero de momento, para probar, mejor disponer de 12 exposiciones por carrete en lugar de los 8 ó 6 de los formatos mencionados.

Paseo en Búbal y comida en Jaca con la Hasselblad - Comparando las Kodak Ektar 100 y Portra 160

Justo el día en que la marca sueca de cámaras fotográficas Hasselblad decidía presentar su cuca X1D (enésima cámara en cuyo nombre aparece una combinación de estas letras y número), decidí que a la salida de Fotógraf@s en Zaragoza al pantano de Búbal, con comida tradicional a base de migas y ternasco en Jaca, me iba a llevar mi Hasselblad 503CX. Me llevé los tres objetivos, y los tres los usé; todos firmados por Carl Zeiss, el Distagon 50/4, el Planar 80/2,8 T y el Sonnar 150/4. Junto con mis dos tubitos de extensión por si convenía acercarse a algún motivo. Y así fue.

Primero y antes que nada, os presentaré a los presuntos implicados de esta historia. Los aficionados a la fotografía de FeZ.

Me llevé película de dos tipos... tres en realidad. Por un lado la Kodak Ektar 100, película negativa en color que ofrece un saturación aumentada de los colores y se ve más apropiada para el uso en paisajes. Dos carretes, 24 exposiciones en total, fueron los que usé en primer lugar de este tipo de película. Recientemente había escuchado a Matt Day hablar maravillas de esta película (en inglés) en las condiciones en las que íbamos. Paisajes a horas "inconvenientes", cuando el sol ya está alto sobre el horizonte, la luz es dura, y encima es verano con sus calimas que dan un tono azulado a todo por la dispersión de la luz.

Todos los revelados realizados por Carmencita Film Lab en tamaño XL, es decir unos 25 megapíxeles. Han empezado a ofrecer un revelado XXL que creo que permitirá obtener archivos de entre 40 y 50 megapíxeles a partir de los negativos de formato medio. De momento no necesito tanto.

Lo cierto es que sin que la sensación sea negativa, los resultados producidos por la Ektar me causan cierta desazón. No son del todo positivos. Probé también alguna fotografía de aproximación... para ver que tal.

Las sombras se salvan por poco. Esta película tiene una dinámica, una latitud de exposición, más limitada que otros negativos en color. He decir que en el 90% de los casos medí la luz por estimación... es decir, día soleado con una película de 100 ISO es igual a una exposición de f/16 y 1/125 s. En realidad, la mayor parte de las fotografísa están tomadas a f/8 y 1/500 s, una solución similar, con algunas a f/11 y 250 s si precisaba más profundidad de campo. No es posible usar f/5,6 o menores, puesto que la velocidad de obturación máxima del obturador central de los objetivos Carl Zeiss es de 1/500 s. Salvo en algún caso que estimé la exposición para las sombras, multiplicando por 2 o por 4 la exposición.

Cuando terminé los dos carretes Ektar, pasé a la Kodak Portra 160, una película de uso más general y que se lleva muy bien con los retratos. Pero sigamos con los paisajes y las fotografías de aproximación.

Con una dinámica más amplia y un menor contraste, me siento mucho más cómodo con esta película en estas circunstancias de toma. Supongo que en un amanecer o un atardecer, con los tonos cálidos del alba o el ocaso, y un contraste más ajustado, la Ektar 100 funcionará mejor. Pero en las horas centrales del día, definitivamente, esta Portra 160 es de elección para mi gusto.

Pero las Portra, tanto las 160 como las 400, fueron inventadas en un principio para retratos, aunque ahora se hayan convertido en su evolución en unas películas todo terreno. Hice algunos retratos. La mayoría en interior. Y ahí, estas películas son excelentes. Cuando terminé con las 24 exposición de los dos carretes de Portra 160, aún puse uno de Portra 400, que cuando hay luz suficiente disparo a un índice de exposición de 200. Y sin problemas.

Por supuesto, realizar retratos no posados sino improvisados con una Hasselblad, especialmente en interior o semiinterior, tiene su complicación. Con exposiciones de f/2,8-f/4 y 1/60 s, hay que tener mucho cuidado de conseguir enfocar con precisión. A f/2,8 la profundidad de campo es equivalente a un f/1,4 o más abierto en el formato pequeño de 24x36. Y 1/60 s es el límite para usar a mano el objetivo estándar del Hasselblad, el 80 mm (focal equivalente en 24x36, 45 mm aproximadamente). Pero en cualquier caso, es divertido.

Me despido con unas flores. Y hasta la próxima. Fue un día espléndido. Un buen principio de vacaciones.

Agfa Billy Jgetar 8.8 — formato medio de 1930 en 6x9 sin (demasiadas) complicaciones

Hace unas semanas, en uno de mis paseos habituales de domingo en los que recorro mercadillos o rastros en mi ciudad, Zaragoza, encontré en el de los anticuarios de la plaza de San Bruno algunos ejemplares de cámaras de formato medio de Agfa, anteriores a la Segunda Guerra Mundial. En ese momento, apenas me dio tiempo a examinar una, que me pareció interesante, pero que tenía una serie de desperfectos que impedía su puesta en marcha inmediata. Hubo otras que atrajeron mi mirada, pero en ese momento no tenía ni tiempo ni liquidez para un vistazo más detenido.

Este domingo pasado volví, con la intención de comprobar si todavía estaban por allí disponibles. Y encontré el siguiente modelo de cámara, que posteriormente he identificado como una Agfa Billy Jgetar 8.8, fabricada probablemente entre 1928 y 1931. Probablemente en este último año, porque el objetivo viene identificado como Jgestar 8.8 y no como Jgetar 8.8. Jgetar o Jgestar se leerían como Igetar o Igestar.

La marca de la cámara por lo tanto es Agfa, pertenece a su serie de cámaras Billy, de las que sería uno de los primeros sino el primer modelo, y su objetivo sería un Jgetar o Jgestar con apertura máxima f/8.8. También se podría encontrar identificada como Agfa Billy I, aunque este nombre se utilizaría posteriormente para otros modelos. Sería una cámara “popular”, para uso generalizado, sin muchas complicaciones. Usa película de tipo Agfa B2, similar y compatible con la Kodak 120. Produce 8 negativos de 6 x 9 cm en cada carrete. En realidad los negativos son algo más pequeños, estaríamos hablando de 55 x 87 mm aproximadamente, con lo que la relación de aspecto estaría más cerca del 1,6:1 que del 1,5:1.

Veamos el objetivo, que suele ser uno de los aspectos más interesantes de estas cámaras, y que condiciona en gran medida su uso.

Viene identificado como “Anastigmat”, denominación que en la época se solía aplicar a los diseños basados en el triplete de Cooke, con tres lentes. Este tipo de objetivos fueron muy frecuentes en las cámaras económicas pero dignas hasta los años 60. Podían tener unas prestaciones dignas, especialmente en el centro del campo, y corregían aceptablemente buena parte de las aberraciones ópticas más comunes. En los bordes y las esquinas del campo es esperable una apreciable merma del rendimiento, pero que forma parte de la estética de las fotografías de la época.

Como se ve, no se indica la longitud focal del objetivo. Pero todo señala a que esta es de 100–105 mm, equivalente a la diagonal del fotograma. Una focal estándar para este formato, vaya.

La apertura máxima es muy modesta, f/8,8. Esto permitía tres cosas. Por un lado realizar un objetivo compacto, que permitiera plegar sin problemas las cámara para su transporte. Por oro lado, que se minimizasen las mermas de calidad del objetivo. Finalmente, disponer de una profundidad de campo suficiente para el enfoque por estimación, que luego explicaré. Están indicadas también las aberturas de f/12,5 y f/18; probablemente se admiten todos los valores intermedios por el desplazamiento continuo de la palanquita de accionamiento del diafragma.

Una cuestión sobre los valores. La escala a la que estamos habituados hoy en día, f/2,8 — f/4 — f/5,6 — f/8 — f/11 — f/16, se utilizó inicialmente de forma preferente en Estados Unidos, mientras que en Alemania era habitual la serie f/3,5 — f/4,5 — f/6,3 — f/9 — f/12,5 — f/18. En realidad da igual una que otra, todo es cuestión de costumbre. Pero al final se impuso la americana. En esta cámara, de todos modos, tenemos la alemana.

El obturador admite tres velocidades de obturación, 1/25–1/50–1/100, más la posición B. Con estas condiciones de exposición, y teniendo en cuenta la escasa sensibilidad de las películas de la época, la cámara estaba pensada para ser usada al aire libre, con sol o con nublados moderados. Lo de disparar a mano alzada a 1/25 lo veo delicado, aunque supongo que con entrenamiento será posible. En cualquier caso, lleva rosca para fijar a trípode, así como otra para utilizar con un cable disparador, que puede ser recomendable incluso para fotografiar a mano alzada, para evitar trepidaciones.

Enfoca por zonas, admitiendo dos posiciones; “nah” (cerca) para enfocar a sujetos situados a una distancia entre 2 y 5 metros y “fern” (lejos) para los situados entre 5 metros e infinito. Retratos y paisaje, vamos. Es curioso, pero es efectivo y fácil de usar, dados los diafragmas de trabajo que vamos a usar.

Para encuadrar, disponemos de un visor de tipo “réflex”.

Este visor consiste en lo siquiente. Una lente en el frontal recoge la luz de la escena, que es rebotada por un espejo en 45º hacia una lente superior. La cámara se sitúa a nivel de la cintura, y el fotógrafo compone mirando desde arriba. El visor está articulado para permitir la composición en vertical y horizontal. La salida de la lente superior tiene forma de cruz, para los dos formatos. La imagen se ve invertida lateralmente, como en las reflex con visor de capuchón como las Hasselblad o las Rolleiflex.

No es fácil de utilizar en condiciones de poca luz y bajo contraste. Pero esta cámara no está pensada para eso, así que… Otro problema es conseguir que la imagen quede correctamente enderezada. No es fácil, aviso.

La cámara, mediante un fuelle, tiene un objetivo retráctil. En posición de transporte, plejada, queda como una caja rectangular, con una pequeña asa, fácil de transportar en bolso, e incluso en el bolsillo de un abrigo o un gabán. Discreta.

En el frontal, apreciamos la rosca para el trípode, y la placa con la marca “Agfa” se puede levantar para formar una pata que permita colocar de forma estable la cámara sobre una superficie como una mesa o lo que sea, y usar con un disparador de cable la velocidad más lenta o la posición B (ver la primera fotografía del artículo).

En la trasera, vemos la típica ventana roja para comprobar el número de exposiciones. La película se avanza con un dispositivo de giro en un lateral. No hay ningún tope que avise de que hemos terminado de avanzar el fotograma, hay que mirar el número que aparece en la ventana roja. Y nada impide que se produzca una doble exposición si te olvidas de avanzar la película.

Veamos algunos ejemplos de fotografías realizadas con este ejemplar. Película Kodak Tri-X 400 revelada con HC-110 durante 6,5 minutos a 20 ºC. Los negativos no me quedaron muy densos, pero no había subexposición de las sombras. Dada las condiciones de iluminación, bastante decentes, me imagino que fotografiar con las sensibilidades de la época tuvo que ser algo delicado.

En condiciones de luz con poco contraste, la imagen queda muy plana. En este caso, tras escanear el negativo, aumenté el contraste en Adobe Photoshop Lightroom. Como se ve, en la zona más luminosa del cielo, se produce una pérdida de contraste adicional. Hay que tener cuidado, como pasa con muchos objetivos de la época que no estaba revestidos, con las fuentes de luz intensas que ocasionan reflejos internos.

Con una luz suave pero mejor que en la fotografía anterior, pasamos a la posición de enfoque cercano para fotografiar esta escultura en la plaza de España de Zaragoza. Sin mayor problema que la necesidad de aumentar un poquito el contraste, esto es una tónica general, y enderezar la fotografía que había quedado, como casi todas, algo inclinada.

Esta situación de alto contraste, sin embargo, se ve beneficiada por las características del objetivo, sumadas a la latitud de exposición de la película. Estamos hablando de un objetivo de hace 85 años, con un objetivo muy sencillo,… las prestaciones en el centro son honorables, dadas las circunstancias.

Una nueva prueba en la posición de enfoque “cercano”, que nos muestra que la cámara no se defiende nada mal en las distancias cortas. Hay una cosa que conviene señalar. El gran tamaño del negativo, 5,5 veces más grande que el formato llamado hoy en día pedantemente “full format” (qué ridícula esta denominación en comparación con el tamaño de estos negativos), contiene una cantidad de información impresionante. Los escaneos de los negativos están realizados a una resolución modesta, pero la óptima de mi modesto escáner, 1800 píxeles por pulgada. Con esa resolución obtengo un fichero digital de 24 megapíxeles, que no está nada mal. Aunque esto permitiría hacer ampliaciones de 40 * 60 cm, esto no haría más que poner de manifiesto las limitaciones del objetivo. Pero ampliaciones más modestas son posibles, con una calidad razonable. Estas son las grandes ventajas de los formatos más grandes.

Las hojas de estos árboles son una prueba difícil de superar para el Jgestar 8.8 de la cámara. Si bien el centro de la imagen está razonablemente nítido, el entramado fino de las hojas de los árboles o del granulado del suelo, sufre la falta de definición en las esquinas. Y eso que estaba utilizando el diafragma a su posición más cerrada, f/18. Con semejante tamaño de negativo, no hay que preocuparse por la difracción, que llegaría con diafragmas mucho más cerrados si fuesen posibles.

Para terminar, una de las pruebas más difíciles para una cámara como esta es hacer fotos a contraluz y con el sol, aunque sea parcialmente, metido en el encuadre. Lo normal es que estos objetivos antiguos y no revestidos se lleven mal con estas situaciones, haya importantes pérdidas de contraste y luces parásitas. La pérdida de contraste se produce, aunque el archivo digital permite recuperarlo con posterioridad. Conlleva una cierta pérdida de definición como se ve en las hojas de la parte superior, que se suman a la pérdida de definición por estar en el borde del campo. Luces parásitas, no. La chica aparece un poquito borrosa debido a su propio movimiento. Con una velocidad máxima de obturación de 1/100 s es difícil congelar el movimiento.

Y esto es lo que ha dado de sí de momento la experiencia con esta cámara. La seguiré usando. Conociendo sus limitaciones, puede ser muy divertida en algunos momentos, como lo son otras cámara clásicas o antiguas de las que dispongo. Como otras veces digo, no hace falta gastar mucho dinero en aparatos nuevos y malos de plástico, por muy de moda que estén, para disfrutar de la fotografía con película tradicional. Mejor rescatemos las cámaras antiguas que todavía están en uso.

Mi cámara más antigua, del año 1948; cómo usarla

Zeiss Ikon Ikonta B (521/16)

Fotografiar con una cámara de medio formato es algo muy interesante, y divertido. Desde luego, hacerlo con una de medio formato digital es impensable por su coste absolutaente prohibitivo. Pero hacerlo con una cámara tradicional de película es algo perfectamente planteable. Sobretodo, porque en estos momentos hay muchas cámaras de venta de segunda mano u ocasión, y muchos modelos no son especialmente costosos. La estética del negativo de gran tamaño es muy interesante y, dado que obliga a tener una buena técnica para obtener buenos resultados, son muy pedagógicas.

Desde la primavera de 2012, tengo una Yashica Mat 124G, una reflex binocular, muy interesante, pero que tiene un problema. Es muy grandota; da pereza sacarla con frecuencia. Por eso, me apetecía tener algún aparato más llevadero. Aunque claro, por definición son más grandes que las cámaras de formatos más pequeños.

De vacaciones en Londres en octubre de 2013, en una tienda de material fotográfico clásico y de ocasión en Portobello Road, vi la cámara que os traigo hoy. Una Zeiss Ikon Ikonta B (521/16); sería un modelo de posguerra similar a un modelo anterior del mismo nombre pero con código 520/16. Si no estoy equivocado. La gente, cuando la ve, suele decir cosas como “qué maravilla” o “qué joya”. Pero lo cierto es que es un aparato de gama baja, aunque no la más básica del fabricante, y que no me costó mucho dinero; pero que funciona. Y plegadito, me cabe en un bolsillo de un chaquetón.

Os la muestro en fotos.

Aquí tenemos la cámara totalmente desplegada. No es muy grande. Más, teniendo en cuenta que el negativo tiene un tamaño de 54 x 54 milímetros.

El objetivo es un Novar-Anastigmat 7,5 cm f/4,5. Es una focal estándar, equivalente a un 43 mm en el formato estándar de película de 35 mm, y tiene un diseño muy sencillo. Tres elementos en tres grupos. Como comentaremos más adelante, el revestimiento, si es que lleva, no hace maravillas.

Hay que enfocar por estimación. No lleva ninguna ayuda para el enfoque. Pero vemos que tanto en la escala de enfoque (en metros) como en la de diafragmas hay un punto rojo, que es una indicación para usar la hiperfocal cuando la luz en el ambiente lo permite.

El visor es muy sencillo, y plegable. En el elemento anterior vemos la indicación del formato del negativo, redondeando 6 x 6 cm, así como la focal del objetivo, 7,5 cm.

El visor visto por detrás; el recuadro donde se aplica el ojo no es muy grande, y además hay que tener cuidado al encuadrar. El error de paralaje puede llevar a “cortar cabezas”.

En la trasera de la cámara, además de la identificación del modelo, Ikonta 521/16, vemos la ventanilla con el cristal rojo para contar las exposiciones realizadas, que vienen impresas en el papel que protege la película en los rollos de formato 120.

Una de las cuestiones que más extraña a la gente que no conoce las cámaras más antiguas o clásicas, es que es necesario montar el obturador antes de disparar. Eso se hace con la manivela que vemos sobre el selector de velocidades de obturación. En la posición vertical que vemos en la foto, no es posible tomar la fotografía.

Cosa que sí es posible en la posición horizontal que vemos en esta otra imagen. El obturador, Kilo, como vemos grabado en el frontal del objetivo, es de gama baja, y no alcanza más que 1/175 segundo. Muy escaso aparentemente, aunque hay que tener en cuenta que cuando la cámara salió al mercado, una sensibilidad de 100 ASA / 21 DIN (entonces no existía la norma ISO), se consideraba ya una sensibilidad alta. Con el diafragma cerrado a f/16, la cámara admite sensibilidades de hasta 200 ISO a pleno sol. Más sensibilidad, implica sobreexposición.

En una excursión reciente al Monasterio de Rueda, Escatrón y las saladas de Sástago/Bujaraloz, me la llevé; con algunos carretes de película en blanco y negro Ilford XP2 Super. Esta película es para revelado en proceso C41, como el de las películas negativas en color. Pero también se puede revelar como cualquier otro negativo en blanco y negro, con resultados razonables. Especialmente si se expone a 100 o 200 ISO, en lugar de a su sensibilidad nominal de 400 ISO. Por evitar el excesivo grano.

Como las circunstancias de toma fueron muy variables e imprevisibles, para evitar sorpresas, opté por un tipo de revelado que no es el mejor, pero que ayuda a salvar situaciones malas. Se trata del revelado desatendido en Rodinal a 1+100, durante 90 minutos. Lo cierto es que la mayor parte de los paisajes no lo necesitaban, y se hubieran beneficiado de un revelado más convencional. Pero las tomadas en el claustro del monasterio, con contrastes muy fuertes, agradecieron este revelado compensador. 

Veamos con fotografías los resultados.

En situaciones de contrastes muy elevados, la cámara no se maneja muy bien, ya que las fuentes potentes de luz producen pérdidas de contraste. Por lo que las fotografías tomadas en el claustro del Monasterio de Rueda son muy regulares. Intentaré digitalizarlas de nuevo para ver si se puede apañar de alguna forma. En cualquier caso, se nota que el objetivo no está fabricado por Carl Zeiss, a pesar de la marca de la cámara. Por lo que he leído, los Novar-Anastigmat se subcontrataban a otros fabricantes como Rodenstock o Steinheil, que no disponían de las avanzadas técnicas de revestimiento que en aquel momento tenían ya los objetivos Carl Zeiss, como los modelos Tessar.

Sin embargo, en cuanto nos enfrentamos a este paisaje del río Ebro, con una luz suave a primeras horas de la tarde, y con el suave contraste que produce el revelado desatendido, tenemos una estupenda gradación de tonos y una imagen que sin ser un prodigio de resolución, es muy agradable.

Desconozco que ha sucedido en un momento dado, pero ha habido algún negativo que ha aparecido lleno de motas negras. Estas son propias de suciedad en el momento de la toma. Una pena, porque esta imagen del azud del Ebro en Escatrón, a la altura del monasterio, podría haber quedado muy razonable.

Como el enfoque es por estimación, y la profundidad de campo en formato medio no es muy grande, he usado diafragmas relativamente cerrados. Entre f/8 y f/11. Como la luz no ha sido muy fuerte en ningún momento, con un índice de exposición de 200 es posible disparar a f/11 y 1/175 segundo. Esto produce una sobreexposición de aproximadamente un paso sobre la sensibilidad nominal de la película 400 ISO, que le sienta muy bien, ya que produce un grano muy contenido, y una buena gradación de tonos.

A pesar de estar en diafragmas de ese tipo, un enfoque a corta distancia, entre 2 y 3 metros, produce un agradable desenfoque en el fondo.

Esta imagen ha quedado razonablemente bien por los pelos, ya que los contraluces le sientan fatal a este objetivo. De hecho, encima de “Camino Jacobeo del Ebro”, ya se percibe una pérdida de contraste por los reflejos internos del objetivo.

Trasladados a las saladas que hay entre Sástago y Bujaraloz, la buena luz del atardecer es ideal para usar esta cámara. De hecho, al usar un revelado compensador, he tenido que usar el Lightroom sobre el archivo digital obtenido del escáner para recuperar bastante contraste. La fotografía había quedado demasiado plana. En un proceso puramente físico-químico, habría que haber usado papel de alta gradación para remontar el contraste.

En cualquier caso, queda claro que en las condiciones adecuadas es una cámara perfectamente utilizable y muy disfrutable, en un proceso mixto película-digital.

Así que con estas imágenes de las antiguas salinas que hay junto a la salada, humedal de la estepa monegrina, me despido confiando en que esta experiencia que os he contado os haya gustado.

Voigtländer Perkeo II - Presentación

En diversos sitios dedicados a las cámara fotográficas antiguas dicen que "perkeo" significa "pigmeo" en alemán. Pero si uno consulta la WIKIPEDIA y busca la voz PERKEO, nos habla de un tal CLEMENS PANKERT, un personaje que vivió en Heidelberg durante el siglo XVIII, y que sufría algún tipo de enfermedad congénita o metabólica que le hizo alcanzar una corta estatura. En cualquier caso, parece que la antigua casa VOIGTLÄNDER dio este nombre a una serie de cámaras con tres versiones de las que se presume fueron las cámaras de formato medio para negativo de 6 x 6 sobre película de formato 120 más pequeñas construidas, una vez replegado su objetivo ya que este era retráctil. Y una de estas cámaras, una PERKEO II en bastante buen estado, ha caído en mi poder. Hela aquí.

Esta era una cámara fabricada entre 1952 y 1955, pensada para el fotógrafo ocasional. Para el turista que quería viajar con una cámara no muy grande, y que probablemente no pensaba en grandes ampliaciones. Como se puede ver en la fotografía anterior, tiene un visor de visión directa sin ninguna ayuda al enfoque, por lo que este debía hacerse por estimación. Lo cual, para un tamaño de negativo de aproximadamente 56 mm de lado, exige un cierto entrenamiento. Pero vamos a analizar las características del objetivo que lleva.

Un par de fotos para ilustrarlo.

La denominación del objetivo es COLOR-SKOPAR 1:3,5/80. Una focal de 80 mm es aproximadamente la longitud de la diagonal del negativo, por lo tanto estamos hablando de un objetivo estándar. La denominación SKOPAR era propia de los objetivos de VOIGTLÄNDER que tenían una fórmula óptica de 4 elementos en 3 grupos, similar a los TESSAR de CARL ZEISS. La denominación COLOR indica que la consideraban con una buena corrección del color y elementos revestidos, lo que hacía que esta óptica fuese apta para las películas en color que poco a poco se asomaban por aquel entonces al mercado. En aquel tiempo, lo habitual es que la gente usase película en blanco y negro, más barata y más tolerante a las deficiencias de los objetivos de gama baja. Así que no hay motivo para no pensar en que puedan salir buenas fotografías de esta cámara.

Hoy en día COSINA fabrica objetivos con la denominación VOIGTLÄNDER COLOR-SKOPAR que no tienen nada que ver con aquella fórmula óptica.

Carece de ayudas al enfoque, salvo que disponemos de una escala de profundidades de campo, con marcas situadas en torno a los 3,3 metros y a los 10 metros. La primera sería adecuada para retratos de pequeños grupos o personas de cuerpo entero. La segunda sería adecuada para paisajes. La recomendación es usar siempre que lo permitan las circunstancias un diafragma de f/8 o f/11. De ese modo, la marca a 10 metros actúa como punto hiperfocal. También son los diafragmas óptimos para la mejor calidad óptica.

Hay que considerar que en el manual de la cámara nos cuentan que se podía utilizar con películas de sensibilidad baja (25 ASA o menor), de grano fino, de sensibilidad media (entre 32 y 50 ASA), para uso general, y de sensibilidad alta (64 ASA o mayor), para uso con poca luz. Sí. Los valores ASA son equivalentes a los ISO. En aquellos momentos, eran así las cosas para las películas de color. En blanco y negro había sensibilidades más elevadas. Nada que ver con la actualidad donde casi todas las cámaras digitales de captor suficientemente grande tienen una sensibilidad base de 200 ISO y alcanzan sin problema los 3200-6400 ISO. En cualquier caso, suponiendo una película de "sensibilidad media" de la época, de 50 ASA, a f/8 y a pleno sol estaríamos disparando a 1/250 segundos. Si está nublado a 1/50 segundos. Si llovía o estábamos a la sombra, mantener el f/8 suponía velocidades de obturación con riesgo de trepidación (1/25). Hoy en día, pocos fotógrafos aficionados imaginan usar sus cámaras en estas condiciones.

El obturador de mi cámara es un SYNCHRO-COMPUR, de tipo central, con velocidades de obturación entre 1 s y 1/500 s más posición B. Sería posible la sincronización de un flash a 1/500 s. Según el manual, se fabricaron versiones más económicas con un obturador PRONTOR, también de tipo central, pero con prestaciones más modestas, con velocidad máxima de obturación de 1/300 s.

Veamos ahora unas imágenes que nos dan una idea del tamaño de la cámara.

 El carrete de formato 120 tiene 6 cm de ancho. Por lo tanto, os podéis imaginar que la cámara realmente se podía transportar sin problema en el bolsillo de una chaqueta o en de un pantalón con bolsillos amplios, propios de la época. Si alguno de vosotros ha leído mi artículo sobre la ZEISS IKON IKONTA (521/16), comprobará que se trata de dos cámaras conceptualmente con muchas semejanzas. Sin embargo, esta cámara es de características superiores. El objetivo es más complejo y mejor corregido, el obturador es de mayor nivel, disponemos de una escala de profundidad de campo inexistente en la IKONTA, y la palanquita que vemos en la trasera de la cámara es un mecanismo que regula el avance de la película, por lo que nos es necesario ir comprobando el avance de la misma en la ventanita roja de la trasera de la cámara, que puede permanecer cerrada. Lleva un contador de exposiciones automático en la parte superior de la cámara. Todo un lujo en comparación.

Ahora sólo me queda revelar los primeros carretes, digitalizarlos y contaros cómo va.